Este miércoles, una escena que nos deja helados ha sacudido el corazón del casco antiguo de Palma. La histórica torre medieval junto al Baluard de Sant Pere, esa que nos habla de siglos pasados, ha caído en un derrumbe que no podemos ignorar. Situada entre la calle de la Pólvora y la esquina con Sant Pere, este monumento data del siglo XIV y tiene raíces profundas en nuestra historia, pues se erige sobre construcciones islámicas que forman parte del alma misma de nuestra ciudad.
Un patrimonio olvidado
ARCA, la entidad conservacionista que siempre está al pie del cañón, denuncia con razón que esto no es un simple derrumbe superficial. «La profundidad del daño es considerable», afirman indignados mientras muestran las imágenes desgarradoras del suceso. Desde hace años reclaman a gritos una restauración adecuada tanto al Consell Insular como al Ajuntament de Palma. Pero lo único que han recibido son promesas vacías; un proyecto que lleva ocho años en el aire y solo palabras amables sin acción concreta.
Con cada día que pasa sin respuesta, el riesgo aumenta. Este último deslizamiento ha arrastrado parte del lienzo oriental hecho mayoritariamente de tapial y mortero. Según ARCA, «es un fragmento significativo» y clama por una intervención urgente. Necesitamos a profesionales en restauración ahora mismo para frenar esta situación crítica antes de que sea demasiado tarde.
No estamos hablando solo de ladrillos y piedras; estamos hablando de nuestra historia colectiva. Es crucial actuar pronto para evitar daños mayores, incluso los materiales caídos deben ser examinados arqueológicamente. Quién sabe qué secretos podrían revelarse si encontramos cerámica antigua entre los escombros.
Este clamor no solo resuena desde ARCA; también figuras como la arquitecta Joana Roca han insistido en la necesidad apremiante de cuidar este monumento tan valioso para todos nosotros. Exigimos a Patrimoni del Consell Insular y al Ajuntament que no sigan mirando hacia otro lado: ¡la conservación y estudio inmediato son imprescindibles!
No podemos permitirnos olvidar nuestro patrimonio ni dejarlo caer en el olvido cuando es uno de los pocos vestigios visibles de nuestra época islámica. Aquí se cruzan lo urgente con lo esencial: pedimos ya a Cort y al Consell una reacción inmediata ante esta tragedia inminente.

