Las gasolineras de Plaza Progreso y Avenidas siguen dando guerra. A pesar de que deberían haber cerrado hace años, estas estaciones siguen en funcionamiento, pagando multas como si no hubiera un mañana. Desde 2008, su concesión está caducada, y la portavoz del Ajuntament de Palma, Mercedes Celeste, lo ha dejado claro: «siguen abonando penalizaciones periódicas», unas sanciones que arrancaron con una multa inicial de 40.000 euros y que cada semana se agravan con otros 3.000 euros.
Un futuro incierto para ambas gasolineras
En la legislatura anterior se contempló su cierre definitivo. La idea era eliminar la gasolinera de Plaza Progreso para dar paso a un aparcamiento subterráneo y zonas verdes que tanto necesita la zona. Pero el camino no ha sido tan sencillo. Mercedes apuntó que existe una propuesta aprobada para mantener la estación de Avenidas, aunque aún están pendientes de un estudio de viabilidad que determinará si esta podrá seguir operando o no.
A medida que nos acercamos al próximo año, Celeste afirma: «se tomarán decisiones oportunas respecto a este asunto». Mientras tanto, la estación de servicio en La Ribera, también bajo el ojo crítico por parte de los vecinos, tiene su licencia en regla. Sin embargo, hay dudas sobre si realmente cumple con todas las normativas necesarias.
Al final del día, lo cierto es que resulta incomprensible permitir que pagar multas sea más rentable que cerrar una instalación irregular. ¿Hasta cuándo seguiremos permitiendo este despropósito? Es momento de reflexionar sobre qué tipo de ciudad queremos construir y qué pasos reales estamos dispuestos a dar para lograrlo.

