Este viernes por la tarde, la barriada del Rafal Nou se llenó de inquietud y preocupación. Los vecinos se reunieron para hablar sobre lo que se avecina: la construcción de una gigantesca macrourbanización en Son Güells, que promete cambiar el rostro del barrio con nada menos que 3.096 viviendas, algunas de hasta doce plantas. Un auténtico choque visual para un lugar donde los edificios apenas llegan a seis alturas.
La historia que se repite
«Los vecinos no son muy conscientes de lo que viene», lanzó Trini Gutiérrez, presidenta de la Associació de Veïns del Rafal Nou, durante esta asamblea tan esperada. Con una voz cargada de experiencia, recordó cómo nació este barrio en 1973: «Empezamos con seis bloques y poco a poco fueron llegando más edificios, pero sin ningún tipo de equipamiento. El Camí Salard era tan estrecho que estábamos incomunicados con el Rafal Vell». Ahora siente que están reviviendo ese mismo ciclo con el nuevo macroproyecto.
Acompañada por miembros de la Federació d’Associacions de Veïns de Palma, Gutiérrez advirtió sobre las consecuencias nefastas que traerán estos grandes bloques: «No serán precisamente asequibles. Aquí vive gente trabajadora que no podrá permitirse esas viviendas». Y es que el barrio ya está sufriendo las secuelas de una crisis habitacional alarmante; los precios han subido como espuma. «Hace unos años comprabas un piso viejo por 143.000 euros y ahora te piden 300.000 por lo mismo. ¡Es una barbaridad!», lamenta Gutiérrez, añadiendo que el alquiler tampoco da tregua: «Nada baja de 1.100 euros».
Aún más preocupante es cómo esta situación afecta a todos en el Rafal Vell. En su reciente reunión con Óscar Fidalgo, regidor de Urbanisme, él cuestionó si realmente eran necesarias doce alturas y achacó la falta de vivienda a la izquierda política. Sin embargo, Gutiérrez recuerda que esto es un problema crónico: «El PP tampoco hizo nada durante años». Ella sueña con un futuro diferente, donde las viviendas protegidas sean como las del Son Gibert, más bajas y respetuosas con el entorno.

