La Navidad en Sa Feixina ha encendido la chispa de una polémica inesperada entre las asociaciones de comercio y los vecinos del barrio. Afedeco y Pimeco, representantes de los comerciantes, han salido al paso tras las críticas lanzadas por Barri Cívic Santa Catalina i Es Jonquet. En un comunicado reciente, expresaron su preocupación y asombro ante lo que consideran un ataque a su labor.
Joana Manresa, presidenta de Afedeco, se mostró contundente: «No se puede patrimonializar ninguna plaza ni tratarla como si fuera propiedad exclusiva de un grupo». Con sus palabras, nos invita a reflexionar sobre lo que significa el espacio público: es de todos. Manresa también defendió el mercadillo, asegurando que cumple con todas las normativas municipales y ha sido bien recibido por la mayoría de los residentes. ¿Realmente hay tanto descontento?
Sorpresas y realidades distorsionadas
Carolina Domingo, presidenta de Pimeco, no se quedó atrás. Afirmó que «Palma necesita actividades económicas y culturales que llenen nuestros barrios de vida». Sin embargo, parece que algunos prefieren pintar un cuadro diferente. Las asociaciones denunciaron que varias veces intentaron reunirse con la entidad vecinal para aclarar dudas sobre el mercadillo pero nunca obtuvieron respuesta. En cambio, ellos optaron por alimentar rumores sobre villancicos eternos o bebidas alcohólicas indiscriminadas.
Aún más preocupante es la difusión errónea de imágenes que no reflejan la realidad del evento. Esto está generando una percepción distorsionada entre los vecinos y perjudicando a quienes realmente disfrutan del mercadillo. Manresa enfatiza: «Es inaceptable utilizar elementos ajenos para crear conflictos».
A medida que avanza esta controversia, ambos bandos parecen estar alejándose cada vez más en sus visiones. Mientras unos abogan por mantener un diálogo constructivo, otros parecen preferir sembrar confusión en lugar de buscar soluciones juntos.

