Los residentes de s’Escorxador están viviendo una auténtica pesadilla. La situación ha llegado a tal punto que se sienten «al límite», atrapados entre la suciedad acumulada, los malos olores y un entorno deteriorado que hace su vida diaria insostenible. Ya no saben a quién recurrir, porque el problema no es nuevo, pero en los últimos meses se ha intensificado como nunca.
«Cada día es peor», comenta una vecina con frustración. Las calles están llenas de rincones olvidados por las limpiezas, los contenedores desbordados son una constante y hasta hay restos de comida que atraen plagas. Vivir aquí significa lidiar con un olor permanente y la sensación de abandono total.
S’Escorxador: un espacio emblemático olvidado
A lo largo del tiempo, s’Escorxador ha sido un lugar clave para la comunidad de Palma, pero ahora parece estar en el olvido. ¿Cómo puede ser que un sitio tan transitado muestre un nivel de abandono tan evidente? Los vecinos están preocupados por lo que ven: «Ratas y palomas muertas en cada esquina, incluso en los bares», afirman, exigiendo atención inmediata antes de que esto empeore aún más.
No solo quieren recuperar la calidad de vida que siempre han tenido; están pidiendo a gritos una intervención urgente para frenar este deterioro antes de perder por completo lo que tanto valoran.

