Este domingo, un grupo de vecinos y familias de Santa Catalina se dio cita en el parque de Sa Faixina para expresar su malestar ante la celebración del Market Christmas que ocupará este espacio público durante 45 días. La asociación Barri Cívic de Santa Catalina i Es Jonquet no se ha quedado callada y ha denunciado la falta de transparencia del Ajuntament de Palma al tomar decisiones que impactan negativamente en la vida cotidiana de los residentes.
En un comunicado que refleja el sentir del vecindario, subrayan que esta decisión fue tomada a espaldas de quienes realmente importan: «Los artesanos y feriantes también son parte afectada». Denuncian lo que consideran una medida arbitraria, donde no hubo concurso público ni consenso, lo que convierte esta situación en una auténtica bomba para la convivencia. Bajo el pretexto de dinamizar la ciudad, lo único que están haciendo es “dinamitar” espacios vitales para todos nosotros.
Agravio a nuestro pulmón verde
La preocupación se siente palpable entre los presentes. Con mucha razón, expresan su asombro porque el único lugar verde y saludable que les queda va a ser cedido durante casi dos meses a promotores privados. ¿Para qué? Para hacer su agosto con un negocio privado vestido con luces navideñas. No parece justo, ¿verdad?
Las voces descontentas claman: «¿Y qué será de nosotros? ¿Dónde iremos a descansar o jugar?». El parque debería ser un refugio para pasear al perro, leer un buen libro o simplemente socializar. Sin embargo, ahora tendrán que lidiar con el ruido y las multitudes, en un barrio ya saturado por estos problemas.
No solo eso; además tienen miedo por cómo afectará esto a la circulación y al escaso aparcamiento disponible para los vecinos. La asociación lamenta profundamente que iniciativas privadas como esta se lleven a cabo en espacios públicos sin pensar en las repercusiones. Esto implica más gastos en seguridad ciudadana y gestión de residuos. ¡Es inaceptable! Los eventos deben organizarse en lugares habilitados para ello, no en nuestros escasos parques verdes.
Lo han dicho claro: los promotores deberían haber buscado un lugar privado para montar su negocio navideño, ¡no quitarle el espacio público a quienes vivimos aquí!

