Este lunes, Progreso en Verde ha vuelto a alzar la voz, denunciando un segundo caso de un caballo desplomado en las calles de Palma. Sí, parece increíble que tengamos que repetir esta historia, pero aquí estamos. La escena tuvo lugar sobre las 11:30 horas en la calle Carnisseria, corazón del centro histórico, donde otro noble animal sufrió el peso de su explotación.
Según cuenta este partido animalista, no es el mismo carruaje del incidente anterior. Pero la realidad es que esto se está convirtiendo en una rutina trágica. En esta ocasión, el carruaje llevaba a cinco turistas y al conductor cuando el animal colapsó. Y lo más indignante es que los turistas «no se bajaron» ni siquiera al ver al caballo inmóvil en el suelo. ¿Qué nos dice eso sobre nuestra empatía?
Un sistema que debe cambiar
El conductor intentó justificar lo sucedido alegando «un resbalón», pero Progreso en Verde informa que el equino estuvo tumbado varios minutos sin moverse. Guillermo Amengual, presidente de la formación, no puede contener su frustración: «Los caballos están totalmente exhaustos tras la explotación sufrida durante todo el verano». Su fuerza se ha ido desvaneciendo y ya no pueden mantenerse en pie.
A pesar de la gravedad de los hechos, desde el Ayuntamiento intentan minimizarlo señalando que la calesa accedió a una zona peatonal prohibida y aduciendo condiciones resbaladizas por el pavimento. La Policía Local ha levantado acta, pero eso no soluciona el problema real. Además, Cort asegura que estos animales son revisados cada 15 días por veterinarios para garantizar su bienestar. Pero ¿es suficiente?
Progreso en Verde continúa denunciando situaciones alarmantes como caballos desnutridos o cojos paseando por las calles mientras nadie hace nada al respecto. En sus palabras queda claro: «En Palma todo está permitido». Necesitamos despertar ante esta dura realidad y exigir un cambio real.