En el corazón de Palma, la calle Sant Miquel, un grupo de comerciantes ha decidido romper el silencio. Cansados de ver cómo los vendedores de ‘top manta’ despliegan sus productos en plena vía pública, ocupando un espacio vital para sus negocios, han alzado la voz con una frustración palpable. En un vídeo grabado por uno de ellos, podemos ver cómo estos manteros llenan el suelo con mercancía, justo enfrente de tiendas que pagan entre 10.000 y 12.000 euros al mes por alquilar su local.
Una situación insostenible
«Pagamos eso y esto es lo que tenemos», dice uno de los comerciantes con indignación mientras señala a los manteles extendidos sobre el asfalto. Para él y para muchos otros en la zona, esta no es solo una cuestión económica; se trata del respeto hacia aquellos que luchan día a día por mantener su negocio a flote. La imagen es clara: un lugar lleno de vida comercial que se ve amenazado por una práctica que muchos consideran desleal. ¿Es justo que quienes cumplen con las normativas y tributan tengan que lidiar con esta competencia desleal? Por supuesto que no.