Después de meses de tensión y movilizaciones entre los vecinos de Son Sardina, el alcalde de Palma, Jaime Martínez, ha decidido poner fin a la incertidumbre. Durante su visita al barrio, dejó claro que no se permitirá la construcción en el suelo rústico que rodea esta comunidad. «No habrá ampliación del pueblo en ningún caso», sentenció con firmeza.
Pero eso no fue todo. En un intento por calmar las aguas, también anunció que el Ayuntamiento iniciará negociaciones para adquirir el solar de Can Pesquet. Si las charlas no fructifican, ¡no hay problema! Se procederá a la expropiación. Un mensaje claro: lo que se quiere es garantizar espacios para la comunidad.
Compromiso con Son Sardina
Martínez dejó claro que el PP nunca ha tenido planes para intervenir en estas áreas de transición, a diferencia de Més y el PSOE, quienes sí las incluyeron en el Plan General. «No se tocarán, se protegerán», reiteró con convicción. A pesar de esto, advirtió que la posibilidad de desbloquear otros suelos en toda Palma sigue sobre la mesa porque el PP aspira a crear vivienda en la ciudad.
Aparte de eso, también reveló sus planes para transformar la parcela de 1.700 m² en Can Pesquet: además del casal y la plaza tan anhelados por los vecinos, se plantea añadir un aparcamiento. Con este enfoque proactivo, el Ayuntamiento asegura hacerse con el terreno; si no llegan a un acuerdo amistoso, ¡se expropiará! Sin duda un golpe fuerte al margen que podría tener la inmobiliaria para venderlo a otra persona.