El emblemático bar del Casal Solleric, ese rincón que llevaba años en silencio, está a punto de despertar de su letargo. Si todo sigue su curso, el Grupo Capuccino tomará las riendas de este local tan querido por los palmesanos. En junio, el Ajuntament decidió abrir la licitación para reactivar este servicio y, vaya sorpresa, Capuccino Borne SL ha puesto sobre la mesa nada menos que 300.000 euros al año, más IVA. Una cifra que dice mucho sobre cómo está el mercado de la restauración en Palma.
Un espacio cotizado en el corazón de Palma
La mesa de contratación ya ha empezado a mover hilos para elevar esta propuesta a los grandes jefes y pedirles toda la documentación necesaria. El contrato, si no hay contratiempos, tendrá una duración inicial de cuatro años, con opción a extenderse otros cuatro más. Haciendo cuentas rápidas, eso se traduce en alrededor de 25.000 euros al mes, lo que implica casi 185 euros por metro cuadrado. ¿Es viable? Esa es la gran pregunta que muchos se hacen.
Aunque nadie puede dudar del potencial turístico del Passeig del Born, donde cada día miles de visitantes pasean y buscan un buen lugar para sentarse a disfrutar de un café o un bocadillo. Las terrazas suelen estar llenas y los precios son altos; pero aquí está el truco: ¿realmente se compensarán esos gastos tan elevados con lo que ingresen?
Los nuevos gestores deberán ofrecer una carta variada: cafés, refrescos y algunos platos más elaborados entre las 10:00 y las 20:00 horas durante la semana y hasta las 14:30 los domingos y festivos. Sin embargo, lo más curioso es que no hay ninguna restricción sobre precios; así que habrá que ver qué sorpresas nos traen.
A pesar de ser una oferta extraordinaria económicamente hablando —superando ampliamente el canon mínimo exigido por Cort— Capuccino tuvo su parte menos brillante en la propuesta estética del bar; su diseño bistró parisino no fue bien recibido por el Ajuntament. Pero al final, el dinero manda y eso fue lo que decantó la balanza.
Mientras tanto, muchos recordamos que este bar lleva cerrado desde 2020; una larga espera para algo tan esperado por todos nosotros. Y si bien se busca reactivar el Solleric para atender esa creciente afluencia turística, también hay otros espacios culturales cercanos como Can Balaguer donde aún hay mucho por hacer.
Ciertamente es fascinante ver cómo unos locales atraen todas las miradas mientras otros quedan olvidados; como ocurrió con la librería-tienda del Casal especializada en arte y diseño cerrada desde 2014 porque ni una sola empresa mostró interés en gestionarla.