Este jueves, el Ajuntament de Palma se convirtió en un verdadero campo de batalla. La sala estaba a rebosar; oficialmente había espacio para 85 personas, pero la realidad era bien distinta. Los vecinos estaban allí, inquietos, listos para hacer sentir su voz ante temas que les afectan de lleno, como la ordenanza cívica y las últimas medidas fiscales que han levantado ampollas.
Desde el primer momento, los abucheos y silbidos resonaron entre los asistentes cada vez que un representante del equipo de gobierno o Vox tomaba la palabra. El alcalde, Jaime Martínez, no pudo más que intentar mantener el control. En varias ocasiones advirtió que podría desalojar a quienes interrumpieran el debate. Pero eso no hizo más que avivar los ánimos.
La voz del pueblo retumba en el pleno
El primero en recibir una lluvia de críticas fue Fulgencio Coll, portavoz adjunto de Vox. Cuando afirmó que la nueva norma contaba con participación ciudadana, los gritos de “¡Fuera!” no tardaron en llegar. “Respeto a los ciudadanos”, defendía él sin poder ocultar la tensión del momento.
Angélica Pastor del PSOE también participó en esta pugna verbal y dejó caer: “Bienvenido a este baño de realidad que les está dando la ciudadanía”. Y así continuó el debate sobre una ordenanza cívica polémica relacionada con la prostitución; un tema espinoso que provocó reacciones inmediatas desde las filas del público.
Llorenç Bauzá del PP incluso mencionó el escándalo Koldo al decirles: “Ya sabemos que a las prostitutas no las quieren en la calle”, lo cual desató otra ola de abucheos. Mientras tanto, el concejal intentaba presentar su discurso institucional sobre por qué era necesaria esa ordenanza para regular aspectos como los patinetes o el botellón; pero incluso sus esfuerzos fueron interrumpidos por gritos descalificativos desde las gradas.
A medida que avanzaba la sesión, quedó claro que cada intervención era recibida con desdén por parte del público. Una risa involuntaria del alcalde al ver cómo algunos se abstuvieron durante una votación encendió aún más los ánimos: “¿Pides respeto y te ríes de nosotros?”, gritó alguien indignado desde atrás.
Los temas tratados eran serios: recalificación de terrenos para vivienda social y propuestas fiscales para fomentar la construcción generaron un clima tenso y polarizado. Este pleno ha sido catalogado como uno de los más tensos del año hasta ahora; si algo quedó claro es que las voces ciudadanas están listas para seguir luchando por lo suyo.