Imagina que el Ajuntament de Palma deja de recaudar 20 millones de euros. Esta cifra es lo que Vox estima que ocurrirá el año que viene gracias a una serie de rebajas fiscales. Este año, ya se hablaba de un ahorro de 11 millones para los contribuyentes, pero parece que la cifra va en aumento. La rebaja del Impuesto sobre Construcción, Instalaciones y Obras (ICIO) entrará en juego, añadiendo otros 5 millones a la saca vacía del Ayuntamiento.
Un juego arriesgado
El concejal Ignacio Esteban no se detiene ahí; también menciona un recorte en el impuesto de plusvalías que podría significar otros cuatro millones menos en las arcas municipales. En palabras sencillas, esto significa menos dinero para servicios públicos y más beneficios para aquellos con bolsillos profundos.
El jueves pasado, durante la comisión previa al pleno de Hisenda, Vox propuso aplicar este recorte desde octubre. Si recibe el apoyo del PP, se espera un ahorro inmediato de 1,275 millones hasta final de año. Esteban argumenta que esta medida beneficiará a todas las obras sin distinción: “No hay progresividad porque es una tasa por servicios urbanísticos”, dice él. Pero claro, para una obra valorada en 100.000 euros, eso significa un ahorro directo de 700 euros para el promotor o ciudadano.
No obstante, la respuesta no se ha hecho esperar. Desde la izquierda han levantado sus voces contra esta medida. Lucía Muñoz, concejala de Podemos, señala que “los grandes beneficiados son los promotores y constructores” y advierte sobre los peligros de favorecer intereses particulares a costa del bienestar general.
Neus Truyol, concejala de Més per Palma, añade leña al fuego al acusar al equipo gobernante: “Quieren aprobar esto rápido porque hay proyectos inmobiliarios esperando a ver si les dan una mano”. Y así van surgiendo las dudas: ¿quién realmente saldrá ganando con estas rebajas? ¿Los ciudadanos o unos pocos privilegiados?
Xisco Ducrós del PSOE pone el dedo en la llaga al afirmar que estamos ante una “rebaja encubierta”, señalando cómo este tipo de descuentos beneficia desproporcionadamente a quienes realizan grandes inversiones como reformas hoteleras millonarias.