En la barriada palmesana de Son Sardina, un grupo de vecinos está pasando por una situación realmente angustiante. Desde su hogar, situado en el inicio de la calle de Ribas, justo donde conecta con la MA-11, cada día se sienten más vulnerables ante el incesante vaivén de vehículos que parecen no tener fin. La carretera de Sóller, que da acceso a su barrio, se ha convertido en un auténtico campo de batalla, y ellos son las víctimas silenciosas.
«Estamos atemorizados», cuenta una vecina con voz temblorosa. Los golpes que escuchan a diario han dejado marcas en sus paredes: grietas y crujidos que no solo son un problema estético, sino que ponen en riesgo la seguridad del hogar. Desde 2022 han elevado sus preocupaciones al Ajuntament de Palma, pero hasta ahora no han recibido respuesta alguna que alivie su inquietud. En casa vive un niño pequeño, y eso solo aumenta su desesperación.
Un laberinto burocrático sin salida
A lo largo de estos tres años, los residentes se han visto atrapados en un laberinto administrativo. Contactaron inicialmente con Cort a través del área de Infraestructuras, pero rápidamente fueron desviados hacia Movilidad. Han pagado reformas para intentar mitigar el daño sin éxito alguno. Según el regidor Antoni Deudero, hay alrededor de 350 expedientes sin resolver relacionados con esta problemática.
Los vecinos consideran esto como algo inadmisible. «Nos dicen que están al tanto», comenta uno de ellos con frustración visible. Agradecen la ayuda que les ha brindado la oficina del Defensor de la Ciudadanía al tomar nota del caso y promover soluciones como la instalación de pilones o elementos disuasorios para evitar más accidentes.
No obstante, el miedo persiste; cada golpe contra su vivienda es un recordatorio constante del peligro latente. El muro muestra las cicatrices dejadas por las colisiones diarias: turismos y vehículos pesados chocan o rozan sin distinción. Los residentes ven cómo algunos coches quedan atrapados allí mismo mientras intentan maniobrar para acceder a Son Sardina.
Sigue siendo un tema delicado y doloroso para quienes deberían sentirse seguros en sus propios hogares.