Desde el pasado 1 de julio de 2025, Palma ha dado un paso significativo en su lucha por el medio ambiente con la entrada en vigor de la nueva ordenanza sobre Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). ¿Pero realmente necesitamos llevar una pegatina que lo identifique? A primera vista, parece un tema sencillo, pero detrás hay un mar de dudas y críticas.
El Ajuntament ha decidido restringir la circulación en ciertas áreas del centro histórico, permitiendo únicamente el acceso a vehículos con distintivos ambientales específicos. Aunque sorprendentemente, según su propia web, no es obligatorio llevar la pegatina. Eso sí, es fundamental conocer cuál es nuestro distintivo ambiental para poder acceder a estas zonas. Y aquí viene lo complicado: todos sabemos que los sistemas de lectura de matrículas están al acecho.
¿Una medida efectiva o solo más burocracia?
Las restricciones afectan principalmente al corazón de Palma. Sin embargo, se han establecido excepciones para residentes y servicios esenciales. Los vehículos de emergencias y transporte público tienen luz verde para circular sin importar su clasificación ambiental. Pero claro, eso no quita el mal sabor que deja esta normativa entre muchos conductores.
La DGT ha implementado un sistema donde clasifica los vehículos según su potencial contaminante: desde los que tienen etiqueta 0 emisiones hasta aquellos con etiquetas C y B. Lo curioso es que los usuarios pueden obtener su distintivo por solo cinco euros en oficinas como Correos o talleres mecánicos. Además, hay una plataforma online donde podemos verificar qué etiqueta nos corresponde solo introduciendo nuestra matrícula.
No obstante, la conversación entre los ciudadanos está llena de inquietudes. Comentarios como «¿es necesario llevarla?» o «¿por qué tantas restricciones?» resuenan cada vez más fuerte entre nosotros. Algunos argumentan que esto es una forma encubierta de restringir nuestras libertades mientras otros ven en ello una oportunidad para cuidar nuestro planeta.
En definitiva, las ZBE han llegado para quedarse y aunque muchos todavía no están convencidos del todo, lo único seguro es que este debate sigue vivo entre nosotros.