La noche de San Juan en Palma es, sin duda, uno de esos momentos mágicos que todos esperamos con ansias. Pero detrás del brillo y la fiesta, se esconde una realidad menos encantadora. Este año, el Ayuntamiento ha tenido que hacer frente a la ingente cantidad de basura generada durante las celebraciones: un total de 10.240 kilos recogidos por Emaya en playas y calles como Cala Major, Portixol y Platja de Palma.
Un despliegue impresionante para limpiar el desastre
A las tres de la mañana ya estaban en marcha los operativos de limpieza, trabajando incansablemente hasta las nueve, aunque algunos equipos siguieron hasta la una del mediodía en las playas. En total, 32 operarios y 18 vehículos se lanzaron a la batalla contra los restos dejados por la fiesta. Y no fue fácil: aunque el dispositivo se desarrolló sin incidentes relevantes, hubo zonas donde aún quedaban fiesteros disfrutando cuando llegó la hora del aseo.
Llorenç Bauzá, el regidor de Medi Ambient, volvió a hacer un llamado a nuestra conciencia colectiva: “Es fundamental que cada uno haga su parte para generar la menor cantidad posible de residuos”. A pesar del esfuerzo titánico por restablecer el orden en nuestras calles y espacios públicos, parece que todavía nos falta ese último empujón hacia una verdadera responsabilidad ambiental.
Aparte del trabajo arduo realizado esa noche, este mismo martes Emaya también presentó sus 18 nuevos camiones, vehículos modernos que reemplazarán aquellos que ya tenían más de 20 años sobre sus ejes. Es un paso necesario hacia un servicio más eficiente y sostenible.