La barriada de Pere Garau ha vuelto a recuperar la calma. En la esquina entre las calles Joan Mestre y L’Abat de Sant Saliu, un solar que había sido okupado y transformado en un auténtico desguace ya no es más el foco de molestias para los residentes. Los agentes de la Policía Nacional, cumpliendo una orden judicial, se hicieron presentes este lunes y despejaron el terreno, propiedad de la SAREB. Por fin, esos ruidos constantes y las tensiones que se vivían han quedado atrás.
Los vecinos llevaban meses lidiando con situaciones realmente incómodas; relatos de insultos y amenazas por parte de aquellos que habían tomado el lugar como propio eran lo más común. La acumulación de piezas metálicas y electrodomésticos listos para desguazar era la rutina diaria, todo ello mientras intentaban llevar una vida normal a su alrededor. Algunos incluso llegaron a plantearse vender sus casas para escapar del ruido constante que les impedía descansar.
Un esfuerzo colectivo que da frutos
Las quejas fueron elevándose hasta llegar a oídos del Ajuntament, pero durante mucho tiempo pareció que caían en saco roto. Sin embargo, tras múltiples denuncias ante el Policía de Barrio y solicitudes a través del 010, al fin parece haber una luz al final del túnel. Ahora, el solar está vacío y cerrado con un candado; los okupas ya no están allí para perturbar la tranquilidad vecinal.
Aunque queda mucho por hacer en términos de seguridad y bienestar comunitario, hoy los vecinos pueden respirar aliviados sabiendo que su hogar vuelve a serlo sin el peso de esa pesadilla sobre sus hombros.