La historia de la educación pública en Palma parece estar marcada por decisiones que nos dejan un sabor amargo. Esta vez, el Patronat Municipal d’Escoles d’Infants (PMEI) ha tomado la decisión de renunciar a unas ayudas que podrían haber dado vida a una nueva escoleta pública con 49 plazas en el Eixample. Un local en la calle Reina María Cristina, que antes albergó una escoleta privada hasta 2019, se iba a transformar en un espacio donde nuestros pequeños pudieran aprender y crecer.
Las dificultades detrás de la renuncia
Sin embargo, el PMEI ha argumentado que cumplir con los plazos y requisitos establecidos era más complicado de lo esperado. ¿Por qué? Porque las bases exigen garantizar el uso del local durante al menos 12 años, y no han logrado llegar a un acuerdo con su propietario. Además, tenían que tener todo listo para diciembre de 2025, algo que simplemente no encajaba con la realidad.
No es la primera vez que escuchamos sobre una renuncia así. En 2022, Cort ya dejó pasar cerca de tres millones de euros destinados a otras escoletas como las de Foners y Son Dameto. Mientras tanto, solo dos proyectos siguen adelante; la situación para los más pequeños sigue siendo crítica. El portavoz del PSOE, Xisco Ducrós, no se ha quedado callado: “El alcalde está cerrando las puertas a la educación pública para niños de 0 a 3 años”, decía indignado.
Y mientras este drama educativo se desarrolla, las familias siguen esperando ayudas para escolarizar a sus hijos. Ya estamos casi al final del curso escolar y muchos aún no han recibido nada. Esto crea un problema real para quienes llevan a sus pequeños a guarderías privadas; además, según Ducrós, tampoco habrá convocatoria para las ayudas de verano.