En la calle Benito Pons, una escena se ha vuelto cotidiana, pero no por ello menos preocupante. Frente a lo que un día fue el emblemático Cine Hispania, un indigente ha encontrado su hogar en plena vía pública. Desde hace meses, su presencia se ha convertido en parte del paisaje urbano de la barriada de Reis Catòlics, un recordatorio de las realidades más duras que enfrentan muchos.
Los vecinos del número 41 tienen que lidiar cada día con esta situación. Colchones, mantas y pertenencias se han apoderado del espacio frente a sus puertas, mientras este hombre busca refugio entre los restos de un edificio que antaño albergó una oficina bancaria. La nostalgia de aquellos días de cine contrasta con la cruda realidad del presente.
Un punto caliente en la ciudad
A pocos pasos de allí, el ambiente es aún más tenso. Las calles Manacor y Reis Catòlics albergan viviendas ocupadas y el tristemente célebre ‘Edificio de los Horrores’, un lugar que ya se ha ganado su fama como fuente constante de problemas tanto para residentes como para las autoridades. Es como si este rincón de Palma hubiera sido designado como uno de esos ‘espacios calientes’ donde las dificultades parecen acumularse.
Incluso los empleados de limpieza y otros servicios han aprendido a convivir con esta realidad palpable; ya no les sorprende ver cómo este sintecho ha hecho suyo un rincón tan visible. Sin embargo, para muchos peatones, esa imagen sigue siendo impactante. Nos recuerda que detrás de cada esquina hay historias que contar, historias llenas de lucha y resistencia.