Los residentes del Paseo Marítimo de Palma están hartos. Este sábado, decidieron hacer pública su indignación por las «excursiones etílicas» que han convertido su hogar en un auténtico escenario de vergüenza. En un comunicado sincero y directo, expresaron que algunos turistas han tomado la zona como si fuera su aseo personal. Es una situación que no se puede tolerar más.
Una escena degradante
Estos vecinos son testigos de lo que ellos mismos califican como escenas bochornosas. Desde embarcaciones que llegan y vierten sus residuos al mar, hasta un tráfico caótico donde los autobuses ignoran las normas de estacionamiento, dejando a conductores y residentes desesperados. “Es insostenible”, comentan, mientras observan cómo sus calles se convierten en un caos diario.
La asociación vecinal no se queda callada ante esta situación. Exigen el traslado inmediato o la suspensión de estas party boats, tal como se ha hecho en otras partes de Mallorca. “Este tipo de turismo solo trae problemas”, señalan con firmeza. Lo cierto es que este fenómeno ha transformado lo que debería ser una experiencia placentera en algo incompatible con un turismo respetuoso y de calidad.
Añaden también que necesitan urgentemente incluir su zona dentro del decreto sobre el turismo excesivo, similar a lo implementado en Playa de Palma, para poner freno a estas actividades perjudiciales y recuperar así la esencia del lugar donde viven.