En el corazón de Mallorca, el fenómeno de la okupación ha desatado una serie de situaciones que no dejan indiferente a nadie. Uno de los lugares más peculiares se encuentra en la calle Emili Darder, específicamente en el número 40, donde un grupo de obreros trabaja a destajo en una nueva promoción de ocho viviendas y locales comerciales. Pero lo realmente sorprendente es que, justo encima de sus cabezas, varios okupas han decidido hacer su hogar en uno de los pisos del edificio.
Una realidad inquietante
Los vecinos y comerciantes del barrio observan con asombro cómo estos okupas han logrado mantenerse ahí, mientras que otros apartamentos han sido forzados o incluso vaciados por completo. Según cuentan algunos residentes, este piso es actualmente el único que queda ocupado, aunque sospechan que dentro podría haber hasta cinco personas conviviendo. “Parece que se alquilan habitaciones”, comenta uno de ellos con cierta incredulidad.
Afuera del edificio, un cartel advierte sobre los peligros de entrar al lugar debido a las obras en curso. Sin embargo, esto no parece disuadir a quienes habitan allí. La situación es aún más extraña si pensamos que el acceso principal está abierto todo el día, permitiendo un flujo constante tanto para obreros como para okupas. Los trabajadores se ven obligados a moverse por un espacio lleno de escombros y peligros potenciales mientras intentan terminar su labor.
Los testimonios locales apuntan a que la situación ha cambiado con el tiempo; anteriormente había más ocupantes viviendo bajo condiciones precarias, algo muy alejado del aspecto externo del edificio. Esta coexistencia inusual ha dejado a muchos preguntándose qué medidas se pueden tomar para regularizar una situación tan compleja como esta.