La emergencia habitacional que está sacudiendo Mallorca ya no es un secreto para nadie. Las imágenes de cómo se enfrenta la gente a esta crisis son impactantes y, a veces, difíciles de creer. En las afueras de Palma, hemos encontrado una historia que revela el ingenio humano en medio del desamparo: un asentamiento improvisado dentro de un túnel. Sí, has leído bien.
Este túnel, escondido bajo una rotonda por donde pasan miles de coches cada día, es un lugar oscuro y estrecho. Mide unos cincuenta metros y apenas tiene dos de ancho; aquí, la única opción para moverse es agacharse para no golpearse. A medida que nos adentramos en este espacio, el ruido constante del tráfico se convierte en el telón de fondo de unas vidas marcadas por la necesidad y la lucha diaria.
Un hogar entre sombras
A lo lejos, se pueden ver lonas que intentan camuflar a sus habitantes; algo muy necesario cuando los vehículos pasan a toda velocidad. A través del acceso oculto desde la carretera cercana, podemos observar muebles viejos que cuentan historias de quienes han hecho de este túnel su hogar temporal. Cojines desgastados, mantas arrugadas y restos de comida nos hablan de su paso por aquí; objetos olvidados que son testigos silenciosos de una vida forzada al margen.
No cabe duda: este rincón alejado pero cercano a la ciudad ha sido refugio para personas sintecho que encontraron aquí un lugar donde resguardarse y sobrevivir ante circunstancias adversas. Y aunque muchos han decidido marcharse dejando atrás sus pertenencias, el rastro que dejaron es imborrable; una huella en forma de objetos dispersos que narran historias invisibles hasta ahora en nuestra querida Mallorca.