En pleno corazón de nuestra ciudad, al lado de la Vía de Cintura y apenas a un paso del asfalto, se ha ido formando una escena desoladora. Este espacio, que debería ser un lugar limpio y accesible para todos, vuelve a parecerse a lo que vimos hace meses, cuando Emaya tuvo que intervenir para evitar incendios. Y es que la situación no puede ser más preocupante.
Aquí, donde los coches pasan a toda velocidad y donde muchos acuden al centro comercial cercano, un grupo de personas sin hogar ha levantado un pequeño asentamiento. ¡Imagínense! Unas camas improvisadas, una hamaca y unas sillas rodeadas de basura. Latas de cerveza y cartones de vino se acumulan como si fueran parte del paisaje habitual. Esto no solo crea una imagen lamentable; también da pie a problemas de salud pública.
¿Qué hacemos con esta insalubridad?
Los vecinos están inquietos. La preocupación está en el aire: ¿podrán estos desechos atraer roedores? ¿Y qué pasará con los clientes del centro comercial? La comunidad exige acción ya. Con la llegada del verano y las temperaturas disparadas, tanto ellos como los responsables del centro comercial piden a gritos que Emaya o el Consell de Mallorca hagan algo para limpiar este desastre y vallarlo para evitar nuevas ocupaciones.
No podemos seguir mirando hacia otro lado mientras nuestra ciudad se convierte en un vertedero. Es hora de actuar.