Cada amanecer, Playa de Palma se despierta como si hubiera sido escenario de una auténtica guerra. Y ahí está Emaya, armada con su maquinaria pesada, lista para luchar contra la suciedad que deja la noche anterior. Desde bien temprano, a las 6:00 horas, los equipos se ponen en marcha para limpiar esta zona tan concurrida.
Un operativo coordinado para un destino turístico
Pero no es solo cuestión de pasar una escoba. Cada rincón de Playa de Palma se divide en diferentes rutas de limpieza. Estos operativos incluyen barredoras pesadas, hidrolimpiadoras y hasta barridos manuales. ¿El objetivo? Atacar primero las áreas más sucias y garantizar que el día comience con buen pie.
A lo largo del día, el trabajo no cesa. Desde las 6:00 hasta las 9:30 horas, los equipos concentran sus esfuerzos en la primera línea; después pasan a las travesías y zonas menos visibles pero igualmente importantes. Esto se complementa con el mantenimiento de papeleras y la eliminación de grafitis y malas hierbas.
No podemos olvidar que durante el verano, Playa de Palma recibe una afluencia masiva de visitantes. Por eso Emaya ha creado una guardia especial los domingos y festivos; porque sabemos que esos días la suciedad se multiplica y hay que hacer frente al reto con más recursos.
Llorenç Bauzá, presidente de Emaya, nos recuerda que limpiar Playa de Palma es una prioridad. La imagen del lugar cuenta mucho para todos: tanto para los residentes como para quienes vienen a disfrutar del sol mediterráneo. La planificación cuidadosa del operativo asegura que este atractivo destino mantenga su prestigio y calidad en los servicios.