El 1 de mayo, un día que debería ser de celebración, se convirtió en un grito desgarrador en las calles de Palma. Los jóvenes del colectivo Aurora Joventut salieron con fuerza a denunciar la miseria que muchos trabajadores están sufriendo en las Islas. Sueldos precarios y el inalcanzable sueño de una vivienda digna son parte del panorama que enfrentan cada día.
Este grupo comunista y anticapitalista no se quedó callado. Con el lema ‘Organicemos nuestra miseria y demos paso como juventud trabajadora a un 1 de mayo combativo’, hicieron un llamado a la acción. Pero lo que pasó después fue inesperado: en una pared del Claustro de Sant Antoniet, donde los artistas callejeros suelen dejar su huella, alguien decidió tachar su mensaje y escribir «Vagos». Un gesto que dice mucho sobre cómo algunos ven la lucha de quienes buscan mejores condiciones laborales.
La realidad detrás de las palabras
Aurora Joventut sostiene firmemente que los jóvenes son «el sector de vanguardia en los procesos de lucha social». Y tienen razón. Como bien dijeron, «somos el sector más golpeado de la clase trabajadora» y hoy más que nunca entendemos que el capitalismo no ofrece más que miseria, violencia, explotación y opresión.
No es casualidad que cada vez haya más trabajadores sin hogar en Palma. Según Cruz Roja, esta situación está aumentando alarmantemente. Marga Plaza, responsable del programa de atención a personas sin hogar, advirtió: «Lo vimos ya a final de año y continúa esta tendencia». Las expulsiones hacia la periferia son una realidad dolorosa para aquellos que solo buscan un lugar donde vivir con dignidad.
Así está nuestro entorno: lleno de luchas e injusticias. La voz joven se alza porque es hora de enfrentar este sistema fallido. En definitiva, no podemos seguir mirando hacia otro lado mientras nuestros compañeros luchan por sobrevivir en un mundo donde sus derechos son pisoteados.