Este viernes, el barrio de Son Gotleu se convirtió en el escenario de una tensa jornada marcada por un desahucio que nos recuerda las luchas diarias de muchos. Desde bien temprano, a las 6:30 de la mañana, un despliegue impresionante de Policía Local y Cuerpo Nacional de Policía se presentó en el Passatge Pic Teide, 2, para desalojar a una vecina muy querida por todos: Pili.
La comunidad se une por Pili
Cerca de medio centenar de personas, entre ellos familiares y miembros del Sindicat Habitatge Palma, llegaron para apoyar a Pili durante esta difícil jornada. A la puerta de su hogar, protegida por fuerzas policiales, gritaban con fuerza: «Pili escucha, tu lucha es nuestra lucha!«. Una frase que resonó con fuerza y que refleja el espíritu solidario del barrio.
A medida que avanzaba la mañana, la situación se tornaba más complicada. Ana María, una de las hijas de Pili, no pudo contener su indignación al contar cómo habían intentado desahuciar a su madre sin tener en cuenta su situación familiar: «Tiene un hijo discapacitado a su cargo«. Pilló al borde del llanto mientras explicaba cómo había intentado comprar la vivienda donde vivían desde hacía más de diez años; pero los propietarios nunca le dieron esa oportunidad.
A pesar de sus esfuerzos por negociar un alquiler o incluso adquirirla mediante una hipoteca apalabrada, justo el día que iban a firmar se enteró que otro vecino había comprado la casa. Todo esto sucedía sin ni siquiera haber pasado por un juicio justo. La abogada designada no hizo nada más allá de tramitar un informe que decía lo vulnerables que eran.
Cuando finalmente llegó el momento del desalojo, todo estalló. Pili se negó a dejar su hogar y tuvo que ser sacada a la fuerza tras forzar la puerta con mazos y ganzúas. Su salud también corrió peligro; incluso necesitaron atención médica porque sufrió un ataque de ansiedad en ese momento tan angustiante.
No podemos ignorar lo que está pasando aquí; estos actos son más que simples procedimientos legales. Son historias reales llenas de sufrimiento y resistencia. Y aunque hoy haya sido una victoria para algunos, nos queda claro que esta lucha apenas comienza.