Imaginemos por un momento que un rincón emblemático de nuestra ciudad está en la cuerda floja. Eso es lo que ocurre con el edificio de la calle 31 de Diciembre, diseñado por el reconocido arquitecto Gaspar Bennàzar. La idea es derribarlo y volver a levantarlo, pero esta vez con cuatro plantas más. ¿Suena descabellado? Pues eso es exactamente lo que ha propuesto el concejal de Urbanisme, Óscar Fidalgo.
La propuesta en la mesa
Este martes se presentó ante la Comisión de Centro Histórico un anteproyecto constructivo que ha dejado a muchos con una sensación agridulce. Según los promotores, el inmueble no tiene valor arquitectónico suficiente para salvarlo, ya que la fachada original nunca se construyó como debía ser. “Aunque fue proyectada por Bennàzar, hoy está lejos de su esencia”, explicó el regidor con cierta frustración.
Aparte del derribo, la empresa detrás del proyecto propone restaurar esa fachada original que muchos añoramos. Sin embargo, antes de pasar a la acción, todo esto debe ser votado en la gerencia de Urbanisme. Pero no olvidemos lo que ocurrió hace poco: a finales de noviembre se aprobó ya el derribo del edificio construido en 1932 tras un proyecto presentado por Can Domenge 2013.
ARCA, una asociación dedicada a preservar nuestro patrimonio, alzó la voz diciendo que este lugar tan significativo había quedado desprotegido tras cambios en las normativas urbanísticas. “La ciudad y su patrimonio deben ser salvaguardados”, enfatizan desde ARCA mientras exigen al Ajuntament una rectificación necesaria para proteger lo nuestro.
Aún queda camino por recorrer y decisiones cruciales por tomar. ¿Qué pasará realmente con este edificio? Solo el tiempo dirá si tiran a la basura parte de nuestra historia o si optan por preservarla como merece.