Las escoletes externalizadas del Ajuntament de Palma han decidido tomar una postura firme y, después de 26 días en huelga indefinida, se han plantado con tiendas de campaña en la plaza de Cort. ¿La razón? La situación económica se ha vuelto insostenible y, como ellas mismas gritan, «la nevera se está quedando pelada». Este acto simbólico no solo busca llamar la atención sobre su lucha diaria, sino que también recogen donativos de comida para sobrevivir.
Demandas y descontento
Este viernes, las trabajadoras no dudaron en dirigirse directamente a Marga Prohens, presidenta del Govern, pidiendo su ayuda para ser escuchadas. «Nos están ignorando», denuncian. Aseguran que el Ajuntament se niega a sentarse a negociar y las deja sin respuesta ante sus propuestas. Pepa Ramis, responsable de Enseñanza de CCOO, lo tiene claro: «Es una falta de respeto».
A pesar de que internalizar los servicios es parte del plan a largo plazo, el problema inmediato sigue sin resolverse. Desde los sindicatos advierten que este proceso podría tardar mucho tiempo y no resolvería la crisis actual. «La situación aquí en Palma es completamente insostenible», exclamaron cansadas, alzando la voz por un cambio real.
Con la determinación intacta, las educadoras tienen previsto seguir manifestándose cada día frente a Cort. Critican que los servicios mínimos son abusivos y sólo tapan el verdadero impacto de su huelga. Y esta semana, las familias notaron las consecuencias directas; hace dos días amanecieron todos los centros con cerraduras bloqueadas debido a un acto de sabotaje—aunque este viernes solo ocurrió en uno: el de Maria Mut. A pesar del revuelo generado, desde el comité de huelga aseguran no tener nada que ver con ello.