El paisaje del Coll d’en Rabassa se transforma de manera drástica. La fachada del antiguo Cine Nou, un símbolo del barrio, ya está en la lista de cosas que desaparecen. Tras meses de espera y trámites, el Ajuntament ha dado luz verde a las obras de demolición que han comenzado hace poco. Detrás de este proyecto hay una hotelera madrileña que ya ha abierto un ‘coliving’ justo al lado, dejando claro que lo antiguo no importa tanto como lo nuevo.
Recuerdos de un cine querido
Este cine, que abrió sus puertas en 1942 y era conocido por proyectar películas en reestreno junto con su inseparable No-do, cerró sus puertas en 1984. Aquel fue un tiempo complicado; otros cines comenzaron a hacer sombra y los vecinos recuerdan cómo solían entrar por cinco pesetas, disfrutando de dos películas junto a una gaseosa y unas galletas de coco. “Eran otros tiempos”, recuerda uno de los residentes con nostalgia.
Aunque después se convirtió en una bolera, muchos aún pueden ver la llamativa fachada con su cartel vertical. ¡Cuántos domingos pasamos allí!, dice otra vecina entre risas. “Y luego siempre había una hamburguesa esperándonos”. Este lugar guarda historias entrañables que ahora se ven amenazadas por la llegada del nuevo negocio.
La empresa responsable, Far Home Hostels, trae consigo un concepto novedoso pero frío; esas habitaciones compartidas cuya publicidad promete comodidad a cambio de precios desorbitados -900 euros al mes por 20 metros cuadrados-. Curiosamente, si cambias el idioma a inglés, el precio sube a 1.000 euros. ¿Quién puede permitirse eso aquí?
Los ecos del Cine Nou resuenan entre los vecinos mientras observan cómo se va desvaneciendo otro rincón emblemático del barrio. “Una parte emblemática del Coll que se nos va”, lamenta una mujer mayor con tristeza en su voz. Un capítulo más cerrado en la historia local y otro paso hacia un futuro donde lo auténtico parece estar destinado a ser arrasado.