La escena en el pleno municipal era intensa. Óscar Fidalgo, regidor de Urbanisme, escuchaba atentamente a Fulgencio Coll, portavoz de Vox. En un tono que no dejaba lugar a dudas, Coll subrayó que la situación de la vivienda en Palma es crítica. Según él, el nuevo decreto sobre suelo urbanizable no va a generar casas disponibles hasta dentro de seis años, un horizonte demasiado lejano para quienes buscan un hogar.
Propuestas urgentes y necesarias
Ante esta preocupante realidad, Vox no se quedó con los brazos cruzados. En su moción, plantean diez medidas extraordinarias que deberían aplicarse de manera urgente. Ellos creen firmemente que la raíz del problema es la escasa oferta de viviendas y están listos para actuar sobre el suelo urbano para dar un giro a esta situación.
Entre sus propuestas destaca permitir un aumento en el número de viviendas autorizadas en solares edificables dentro del suelo urbano consolidado. Pero eso no es todo; también sugieren una revisión de las alturas permitidas, donde edificios cercanos puedan crecer más y así eliminar esas medianeras ciegas que parecen condenar a la soledad urbana.
No podemos pasar por alto su idea de transformar despachos vacíos en hogares, siempre y cuando estén situados en edificios residenciales. Además, reclaman que se dé prioridad a los proyectos plurifamiliares y se modifiquen parámetros para fomentar los ‘coliving’. Y para rematarlo, proponen incentivos fiscales para aquellos promotores que apuesten por destinar más viviendas a precios limitados o protegidos.
A medida que el debate avanza entre todos los actores políticos y sociales involucrados, queda claro: hay una necesidad urgente de soluciones reales. No podemos seguir tirando a la basura oportunidades vitales mientras miles buscan desesperadamente un lugar al que llamar hogar.