Las terrazas del Bar Cristal, un clásico en la Plaza España, están en el punto de mira. Y no es para menos. El Ayuntamiento de Palma ha decidido que ya es hora de poner orden y evitar que las mesas se peguen a las fachadas en la calle 31 de Diciembre y en nuestra querida plaza. La regidora de Govern Interior, Mercedes Celeste, ha dejado claro este miércoles que este objetivo debería cumplirse antes de que termine el año.
«No es un capricho», asegura Celeste, con una determinación que se siente al escucharla. Este movimiento busca facilitar el paso a las personas con discapacidad visual, quienes dependen de la línea de los edificios para orientarse. Y aunque todos estos bares tienen sus permisos en regla —«no hay incumplimiento»—, la concejala critica cómo durante el gobierno del Pacte se permitió que estas adaptaciones quedaran en segundo plano, esperando a que cambiara la titularidad del negocio. ¿De verdad necesitamos esperar 20 años para poder pasear con seguridad?
La batalla por un espacio público más accesible
Por eso, ahora el Ayuntamiento está pidiendo a los restauradores que hagan ajustes en sus terrazas. No obstante, aún no han tocado la normativa oficial sobre terrazas; sin embargo, esto podría implicar perder mesas para algunos locales. Aquí es donde Celeste pone una carta sobre la mesa: «Si hay buena voluntad por ambas partes, siempre podemos encontrar soluciones». Porque lo importante es no renunciar a hacer de Palma una ciudad más amable y accesible para todos.
Recuerda: este espacio público es nuestro y debemos cuidarlo. El Ayuntamiento está centrando su atención en áreas muy transitadas y calles clave conectadas al centro. Han revisado varias zonas; una fue Nuredduna: «Fue complicado al principio, pero al final todos entendieron el plan». Blanquerna también brilla como ejemplo de lo que significa cumplir con esta nueva visión.