Un día cualquiera en el Coll d’en Rabassa, y de repente, un revuelo. Los vecinos de la barriada que da al mar se quedaron boquiabiertos al ver un buzón de Correos tumbado sobre la acera, como si hubiera decidido hacerse el muerto. Este curioso incidente ocurrió en la calle Trafalgar, justo al lado del popular bar Cala Canta, en la intersección con la calle Miquel Fullana y el Passatge de les Roques.
¿Quién ha sido?
La sorpresa dio paso a una oleada de indignación entre los residentes. ¿Cómo es posible que un elemento urbano tan icónico termine así, tirado y arrastrando con él una imagen poco favorable para los turistas que pasean por la zona? Y más aún, teniendo en cuenta que está a escasos pasos de la maravillosa playa de Ciudad Jardín.
Aunque afortunadamente esta caída no ha afectado al tráfico rodado, sí ha levantado alarmas sobre cómo algunos vehículos circulan por allí. Muchos se preguntan si aquellos dedicados a las entregas y recogidas están contribuyendo a este tipo de desaguisados. Lo cierto es que nadie sabe quién o qué estuvo detrás de este desplome misterioso.
Parece que el buzón no sólo es un simple objeto; simboliza también lo que estamos dispuestos a permitir en nuestra comunidad. Y mientras tanto, seguimos sin tener respuestas claras sobre lo sucedido.