Este miércoles, la plaza de Cort se llenó de determinación y carteles. Las educadoras infantiles, esas que cuidan de nuestros pequeños, salieron a la calle una vez más para hacer eco de su situación laboral. Llevaron consigo sus nóminas a gran tamaño, un acto simbólico que habla por sí mismo sobre los bajos ingresos que reciben y el descontento que sienten.
El motivo detrás de esta concentración no fue otro que las declaraciones del alcalde de Palma, Jaime Martínez. En una entrevista en La Ser, Martínez insinuó que estas trabajadoras estaban manipuladas y mal aconsejadas por el PSOE. Jaume Coll, representante de UGT, no tardó en responder: «Las educadoras están muy enfadadas después de lo que escucharon».
Un contrato lleno de promesas vacías
El alcalde, intentando defender su postura, aseguró tener la voluntad de mejorar las condiciones laborales. Pero su mensaje sonó a vacío cuando afirmó: «Yo transmití mi voluntad y me contestaron con una huelga que no merecen las familias». Sin embargo, el reproche era claro; según él, el PSOE había creado una situación problemática que ahora utilizan para hacer política.
Coll fue tajante al señalar que si el alcalde hubiera conversado con las educadoras en noviembre, probablemente todo esto se habría evitado. La empresa encargada del servicio solo ha hecho dos ofertas desde entonces; la última fue un incremento del 20%, pero eso apenas significa 100 euros más al mes. «Si fueran 300 euros… igual nos planteábamos algo», añadió Coll con ironía.
Aún queda mucho camino por recorrer y este viernes está prevista otra concentración a las seis de la tarde en la misma plaza. Allí estarán presentes trabajadoras fuera de los servicios mínimos, educadoras venidas desde toda la Part Forana y también familias usuarias del servicio. El apoyo sigue creciendo y esta lucha no ha hecho más que comenzar.