La situación en Emaya se ha vuelto insostenible. Un conflicto que parecía localizado entre los trabajadores y la dirección ha estallado, dejando a la empresa al borde del caos. En el centro de este torbellino se encuentra un expediente disciplinario que afecta a la directora de Servicios Corporativos y dos jefes más, todo por su implicación en el despido de sindicalistas de USTE.
Un escándalo que no cesa
El origen de este embrollo se remonta al análisis de unos chats internos que han caído en manos del equipo directivo. A raíz de una denuncia, la Inspección de Trabajo pidió explicaciones a Emaya, revelando así una serie de irregularidades. Se acusa a la directora no solo de presionar a sus empleados para que entregaran esos mensajes, sino también de ocultar información crucial a sus superiores. Esto no es moco de pavo: las infracciones son consideradas muy graves y podrían llevar incluso al despido.
Desde el comité de empresa no han tardado en calificar esta acción como una auténtica «persecución política». Este martes, en sus alegaciones, recordaron cómo Vox ha estado insistiendo en destituir a estos trabajadores públicos y readmitir a los despedidos. Más aún, apuntan que la directora estuvo involucrada en decisiones laborales que afectaban directamente a la esposa de un alto cargo del PP.
El comité exige anular el expediente argumentando falta de proporcionalidad y prescripción. Sostienen que aquellos compañeros que compartieron los mensajes lo hicieron por voluntad propia, buscando apoyo legal ante una situación complicada. Incluso subrayan que USTE nunca denunció persecución por parte de su superiora.
A pesar del clima tenso, desde el Ajuntament han decidido mantener silencio público mientras este caso ya está siendo tratado judicialmente; incluso hay otro juicio penal pendiente para noviembre. En medio del tumulto, Llorenç Bauzà, regidor de Medi Natural y presidente de Emaya, salió a defender con vehemencia las acciones tomadas por su departamento.
No obstante, ese respaldo contrasta con el tono severo del expediente firmado por Lorenzo Morey —el gerente— quien acusa directamente a la directora por violar la intimidad sindical durante un periodo conflictivo entre ambas partes. ¿Y qué decir sobre las actas notariadas? Todo indica que hay mucho más tras esta historia llena de intrigas y conflictos laborales.