Este lunes, la plaza de Cort se convirtió en el escenario de una protesta vibrante. Las educadoras de las escoletas externalizadas, esas valientes mujeres que cuidan y educan a nuestros pequeños, decidieron alzar su voz contra un sistema que parece ignorar sus necesidades. El Ajuntament de Palma, en medio del bullicio, recordó que están contratadas por Estudi 6, bajo un contrato firmado en 2022 por el gobierno del Pacte. Un contrato que, según apuntan las autoridades, no ha cambiado desde 2016 y ha mantenido las condiciones laborales estancadas durante ¡ocho años!
Las voces del Ajuntament son claras: “No podemos modificar el contrato actual”, dicen. ¿Y eso qué significa para ellas? Que cualquier mejora salarial solo podría venir a través de un nuevo convenio nacional. A pesar de esto, hay luz al final del túnel. Se están dando pasos junto con la Conselleria d’Educació para negociar un convenio autonómico que mejore sus condiciones laborales.
La lucha sigue viva
En medio de esta situación tensa, Estudi 6 ha ofrecido una propuesta que promete un aumento salarial significativo mientras se trabaja en el convenio autonómico. Pero aquí es donde la historia se complica: los sindicatos y trabajadoras desmienten que la mejora sea tan sustancial como se dice, alegando que lo único que han recibido son unos magros 47 euros brutos.
El conseller d’Educació, Antoni Vera, también ha estado en la conversación. Ha intentado mediar entre las partes sin éxito hasta ahora y asegura que se está trabajando arduamente para hacer realidad ese nuevo convenio antes del próximo curso escolar. En palabras suyas: “El convenio estatal no satisface las necesidades de quienes viven en Balears”. Una afirmación contundente que refleja una realidad innegable.
A medida que avanzan las negociaciones esta semana, hay un aire esperanzador entre aquellas educadoras dispuestas a luchar por lo justo. El camino puede ser largo y lleno de obstáculos, pero su determinación resuena fuerte: no pararán hasta conseguir lo que merecen.