La festividad del ángel custodio, el famoso Diumenge de l’Àngel, volvió a brillar con luz propia en Bellver. Esta tradición, que fue rescatada hace más de 40 años por la Federación de Asociaciones de Vecinos de Palma, nos transporta a tiempos pasados, cuando se celebraba fuera de las murallas urbanas, bajo la tutela del Ángel Custodio, antes incluso que San Sebastià se convirtiera en el patrón oficial. Ayer, el castillo se llenó de vida y alegría.
Una jornada repleta de actividades para todos
A las 11 horas, un grupo animado subió al castillo entre música de xeremiers. Y ya en la explanada exterior, los torneos de ajedrez y las exposiciones hicieron las delicias de grandes y pequeños. Las risas resonaban mientras los niños disfrutaban con diversas actividades que llenaron la mañana.
No faltó el ritmo: un escenario al aire libre se convirtió en el epicentro musical donde sonaron melodías contagiosas y bailes coreografiados al estilo KPOP. Entre danzas modernas y el tradicional ball de bot, había algo para todos los gustos.
Dentro del castillo, los monólogos cobraron vida con personajes históricos como Emili Darder y Violant de Vilaragut, recordándonos a todos la rica historia ligada a este emblemático lugar. La voz femenina brilló al recordar a aquellas picapedreras que contribuyeron a su construcción. Mientras tanto, el coro de Son Dameto cautivó al público en el patio principal antes del espectáculo castellero donde Castellers de Mallorca dejaron claro que no hay fiesta sin su despliegue acrobático.
Biel González del Valle, vicepresidente de la Federación, no pudo evitar sonreír al ver cómo cada año esta actividad tiene un éxito rotundo. “Invitamos a diferentes asociaciones para hacer esto más grande”, explicó mientras miraba cómo los asistentes compartían risas y buenos momentos. En la primera fila estaban también algunas autoridades como el alcalde Jaime Martínez y Francina Armengol, presidenta del Congreso.
Lourdes Roca puso énfasis en que esta celebración ha sido declarada recientemente como evento de interés municipal; es un reconocimiento bien merecido por su valor cultural y festivo. Además, para facilitar que nadie se quede fuera, hubo autobuses gratuitos durante toda la jornada y hasta la policía montada abrió sus puertas al público.
Diumenge de l’Àngel: más que una tradición; es un día donde vecinos y residentes comparten historia y cultura en armonía dentro del magnífico Castell de Bellver.