Este jueves, el Ajuntament de Palma se detuvo un momento. Antes de comenzar el pleno, los regidores se pusieron en pie y guardaron un minuto de silencio por la muerte del Papa Francisco. Un instante cargado de emoción que coincidió con las campanadas d’en Figuera, marcando las 10:00. Una manera sencilla pero poderosa de rendir tributo a una figura que ha dejado huella.
Un legado imborrable
Cabe recordar que el Ajuntament se adhirió a los tres días de luto oficial establecidos en honor al pontífice. Desde Cort, destacaron su humildad y compromiso con los más vulnerables, cualidades que lo definieron como líder espiritual del siglo XXI. En este emblemático edificio, las banderas ondean a media asta, reflejando el respeto que merece.
El alcalde, Jaime Martínez, no tardó en compartir sus sentimientos en redes sociales. Publicó una foto junto a Jorge Mario Bergoglio en Roma durante la celebración del 450 aniversario de Santa Catalina Tomàs. «Un líder espiritual que inspiró al mundo. Su legado de cercanía y sencillez permanecerá siempre en nuestra memoria», escribió el primer edil, dejando claro cómo su figura trascendió fronteras.