El correfoc de Sant Sebastià, una tradición que ilumina nuestras noches con fuego y emoción, está pasando por un bache. El suministro de pirotecnia se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para Participació Ciutadana. Este año, el contrato destinado a la compra de fuegos artificiales para nuestros esperados correfocs no ha encontrado empresas interesadas, y ya es la segunda vez que sucede. Un golpe duro para las colles de dimonis, quienes ven cómo su espectáculo se va desvaneciendo.
Un verano a medias
Recordemos que en el correfoc de Sant Sebastià tuvimos que reducir los efectos pirotécnicos por falta de recursos, y lo mismo sucederá en Sant Joan. ¿Qué podemos esperar? Con un límite de 15.000 euros establecido por el Ajuntament para esta fiesta en junio, está claro que habrá menos artefactos brillando en el cielo. Las colles matizan que el impacto no será tan fuerte como en las fiestas patronales, ya que Sant Joan suele ser más modesto en comparación.
A pesar del aumento del 40% en los precios durante la última licitación, parece que esto no ha sido suficiente para atraer a ningún proveedor. Los expertos sugieren que uno de los problemas podría ser el carácter plurianual del contrato, extendiéndose hasta 2027. Los costos de materias primas como la pólvora han aumentado considerablemente desde 2022, haciendo dudar a los suministradores sobre si comprometerse con un precio fijo durante varios años es una buena idea.
Y no olvidemos otro gran reto: la insularidad. La pirotecnia es considerada mercancía peligrosa y sus requisitos de seguridad encarecen aún más su transporte. Con todo esto sobre la mesa, queda claro que nuestros queridos correfocs enfrentan tiempos difíciles. Sin duda alguna, necesitamos una solución antes de ver cómo tiramos por la borda una tradición tan querida.”