El emblemático monumento de Sa Feixina, que ha estado en el centro del debate político, sigue firme bajo la protección del alcalde de Palma, Jaime Martínez. Este martes, en respuesta a las solicitudes del PSOE para reconsiderar su estatus, Martínez fue claro: «Lo que hace el PP es cumplir sentencias judiciales, no hay más debate». Con esa contundencia, reafirmó que la Gerencia de Urbanismo ha dado luz verde para iniciar el trámite que otorgará al conjunto la máxima protección (A1).
Un tema candente y opiniones encontradas
Aunque esta decisión aún debe pasar por la Junta de Govern y por el pleno municipal, parece que cuenta con un respaldo sólido gracias a Vox, quien hizo del apoyo a este monumento parte esencial de su pacto programático. Pero mientras esto avanza, las críticas no se han hecho esperar. «El PSOE es especialista en ignorar las sentencias judiciales», subrayó Martínez, apuntando directamente a su rival político.
La controversia no solo reside en los pasillos del Ajuntament; también ha saltado a la opinión pública. ARCA, una asociación que siempre ha defendido la catalogación del monumento, recordó este martes que Sa Feixina ha perdido su simbología original y ahora simboliza un anhelo por la paz y un rechazo a las dictaduras. «Probablemente no haya muchos monumentos capaces de superar un test sobre derechos humanos o justicia social», afirmaron desde ARCA.
No obstante, grupos como Més per Palma y Podem han levantado la voz contra esta decisión. Desde Més argumentan que «Palma pierde mientras el PP busca eternizar un símbolo de dictadura». Para ellos, esto atenta directamente contra la Memoria Democrática. Por su parte, Jesús Jurado de Podem Palma insistió en que este monumento está construido para glorificar el franquismo y abogó por desmantelarlo piedra por piedra.
Con cada declaración crece una tensión palpable entre quienes defienden el legado histórico y aquellos que luchan por una memoria colectiva sin sombras franquistas. La historia está viva y cada día nos recuerda decisiones complejas donde los valores chocan.