En una jornada marcada por la preocupación, Neus Truyol y Ferran Rosa, representantes de Més per Palma, han alzado la voz contra el nuevo decreto de Proyectos Residenciales Estratégicos del Govern. Según ellos, esta normativa no es más que un «pelotazo» que no solucionará la crisis habitacional que sufrimos en nuestra ciudad. Durante una rueda de prensa cargada de emoción, Truyol afirmó que el PP está jugando al Monopoly con las vidas de los palmesanos, creando unas reglas urbanísticas hechas a medida para enriquecer a los promotores.
Más viviendas, pero a un precio desorbitado
El decreto promete construir un 20 % más de viviendas, pero aquí viene lo inquietante: mientras que anteriormente se reservaba un 50 % de las promociones para vivienda protegida, ahora solo tendremos «vivienda de precio limitado». ¿Qué significa esto? Que habrá más casas en el mercado, sí, pero también serán más caras. Según Més, el modelo actual puede resultar en precios hasta un 30 % superiores comparados con la vivienda protegida. Truyol lo resume así: «La diferencia puede ser abismal; hablamos de 80.000 euros entre dos pisos similares». Con un salario medio en Palma eso se traduce en ¡4,4 años adicionales trabajando solo para pagar la hipoteca!
Rosa, por su parte, fue directo al grano: «Con esta oferta supuestamente mejorada, los precios mínimos se irán a 300.000 euros». Para hacer más palpable su crítica, pusieron como ejemplo dos zonas urbanizables: Son Ximelis y Son Güells. Según sus estimaciones, este decreto podría generar unos beneficios extraordinarios de 150 millones de euros. Y claro está, esto les parece un auténtico escándalo urbanístico.
Más allá del tema económico, también preocupa cómo esta ley despoja a la ciudadanía del control ambiental y participativo sobre su entorno. Al evitar que se sigan los trámites habituales para planes urbanísticos municipales, estamos ante una puerta abierta a la especulación desenfrenada. No solo se priorizan las viviendas más caras sino que los promotores tendrán la libertad total para decidir cuándo construir cada proyecto.
A su juicio, esta norma acelerará el consumo del suelo sin pensar en cómo será nuestro futuro urbano; barrios hiperdensos sin servicios básicos ni lugares donde aparcar son el panorama que nos espera si no cambiamos el rumbo.