Este domingo, dos ciclistas veteranos decidieron convertir su paseo por Palma en una auténtica aventura, aunque no precisamente de las más seguras. Mientras varios conductores observaban con incredulidad, un hombre y una mujer, ambos mayores, se lanzaron a recorrer el arcén de la autopista que lleva hacia Marivent. ¿Acaso es sensato hacer eso? Definitivamente no.
A pesar de llevar casco y esos petos fluorescentes que parecen gritar «¡aquí estoy!», esto no les daba carta blanca para emprender un trayecto tan arriesgado. Con sus bicicletas eléctricas, avanzaban a buen ritmo, tratando de evitar dar un rodeo o bajarse a caminar por la acera. Pero claro, al elegir el arcén de la autopista como ruta principal, se expusieron a peligros innecesarios.
Poniendo en riesgo sus vidas
Lo curioso es que ni cortos ni perezosos decidieron seguir adelante y atravesar incluso el carril de desaceleración utilizado por los coches que toman esa salida desde Palma Nova. Por suerte, esta vez no pasó nada grave. Sin embargo, este incidente es un claro recordatorio: muchas veces los accidentes no son solo fruto del azar; también son resultado de decisiones imprudentes como esta. Hay que reflexionar sobre ello porque nos afecta a todos.