Palma se encuentra en la antesala de cerrar una deuda que ha pesado demasiado tiempo. Hablamos de instalaciones deportivas, del urbanismo y, sobre todo, de los vecinos del Paseo Marítimo y El Terreno. Este último también añora su patrimonio deportivo, una herencia que ha estado atrapada en la burocracia durante años, como lo son el Lluís Sitjar o el velódromo de Tirador. Pero hoy nos centraremos en el nuevo complejo de s’Aigo Dolça, que por fin está avanzando hacia la meta después de haber enfrentado diversos obstáculos desde que comenzaron las obras en 2022.
La recuperación de un emblema
A lo largo de este camino hemos visto cómo imprevistos como el aumento del precio de materiales o problemas inesperados con el solar han ido retrasando los trabajos. Sin embargo, desde el Ajuntament de Palma se han marcado unos plazos claros: se espera que la instalación esté lista para julio y que en septiembre podamos ver abiertas las puertas de un recinto lleno de historia. Este espacio recogerá el legado de las antiguas piscinas que fueron el corazón del Club Natación Palma; recordemos que la piscina original fue inaugurada en julio del ’41 cuando Carme Guàrdia brillaba como una estrella.
Con un presupuesto que alcanza los 1.117 millones de euros –gracias a la ayuda tanto del Consell de Mallorca como del Ajuntament– la UTE Contratas Vilor está llevando a cabo estos trabajos que pondrán fin a décadas sin actividad desde que cerró aquella piscina en los años 70, cuando el club se mudó a Son Hugo.
El nuevo recinto estará ubicado muy cerca del renovado Paseo Marítimo y ofrecerá algo más: una instalación acuática moderna para revitalizar esta zona. Con cerca de 6.000 metros cuadrados distribuidos en seis plantas (de las cuales cinco estarán al aire libre), habrá espacio incluso para un restaurante y aparcamiento con 117 plazas iniciales. Las nuevas piscinas serán el alma del lugar: una medirá veinticinco metros y contará con seis calles; otra más pequeña complementará esta oferta deportiva.
A medida que avanza la obra, palpamos cómo este proyecto va tomando forma y acercándose a su apertura final, prevista para finales del verano, siempre y cuando no surjan nuevos contratiempos. Los vecinos ya están mostrando su entusiasmo por disfrutar no solo de las piscinas sino también por contar con un punto de encuentro renovado entre el nuevo Paseo Marítimo y Gomila.
No podemos olvidar que esta iniciativa nació hace varias legislaturas bajo la dirección de Rafael Durán en el IME; ahora estamos contando las semanas para ver materializada esta promesa y devolver a s’Aigo Dolça su esplendor dentro de nuestra ciudad.