En el corazón de Son Anglada, donde la tranquilidad de un barrio se ve amenazada por la velocidad de los coches, ha surgido una iniciativa que no solo llama la atención, sino que también toca el corazón. Los vecinos, cansados de ver cómo algunos conductores ignoran las limitaciones de velocidad, decidieron plantar cara con una idea sencilla pero poderosa: una señal en forma de corazón.
Ubicada en el Camí de Jesús, esta singular señal no es solo un adorno; lleva un mensaje claro. En su interior, muestra a un adulto tomando la mano de un menor, recordando a todos los que pasan por allí que hay vidas en juego. Con una limitación marcada a 30 kilómetros por hora, este símbolo busca hacer reflexionar a aquellos que transitan esta vía sobre la importancia de cuidar a quienes caminan por ella.
La realidad peligrosa para los peatones
Y es que la situación es preocupante. La falta de aceras y arcenes convierte cada cruce en un acto arriesgado para los residentes del barrio. Solo hay unos pocos semáforos que permiten cruzar con seguridad y el tráfico incluye desde coches hasta camiones grandes. A esto se suma el CEIP Son Anglada, donde niños y niñas acuden diariamente y deben enfrentarse al peligro al caminar por esa carretera.
Es precisamente este contexto lo que ha llevado a los vecinos a crear esta emotiva señal de madera. Un gesto espontáneo pero significativo que esperamos sirva para concienciar tanto a conductores como a peatones sobre la necesidad urgente de poner freno y cuidar lo más valioso: nuestras vidas.