En la calidez del pleno municipal, el ambiente se cargó de palabras contundentes y reclamos firmes. Francisco Ducrós, portavoz del PSOE en Palma, no se anduvo con rodeos al exigir la eliminación total del alquiler turístico en la ciudad, incluyendo las viviendas unifamiliares que aún tienen licencia. «La vivienda es un derecho, no un negocio», sentenció con pasión, reflejando la creciente preocupación de los ciudadanos.
Ducrós propuso seguir los pasos de Barcelona, donde están dando pasos para erradicar esta problemática hasta 2028. Y aquí en Palma, ¿cuántas plazas turísticas hay? Él mismo lo dejó claro: unas 4.000 repartidas en 500 viviendas. ¡Eso son 500 hogares más para nuestros vecinos!
Medidas valientes para un futuro sostenible
El regidor socialista no solo habló; presentó una batería de diez iniciativas que llevarán al próximo Pleno el 27 de marzo. «La ciudadanía nos exige valentía», afirmó mientras enumeraba propuestas como recuperar la suspensión de nuevas plazas turísticas en edificios culturales y prohibir cualquier modalidad de alquiler turístico en el municipio.
Dalmau complementó su discurso advirtiendo sobre cómo la saturación turística ha afectado a los servicios públicos: «Los autobuses están peor que nunca y las listas de espera en los centros de salud son interminables». La voz crítica resonó fuerte; ambos concejales subrayaron que bajo este régimen muchos ciudadanos están perdiendo derechos fundamentales.
Parece que la situación habitacional es alarmante: habitaciones desde 700 euros y pisos por encima de los 1.500 euros se han vuelto norma. En este contexto, Ducrós recordó que hace casi un año el alcalde presentó promesas vacías mientras el problema seguía creciendo.
En resumen, Palma necesita escuchar a su gente. La ciudad no puede ser solo una fachada turística donde sus habitantes quedan relegados a un segundo plano. El momento es ahora; hay que actuar antes de que sea demasiado tarde.