Este sábado nos dejó Juan Carlos Álvarez, un hombre que no solo fue CEO de El Enebro, sino también el corazón y la mente detrás del famoso grupo de bodegas Vega Sicilia. Con apenas 66 años, su partida ha dejado un vacío difícil de llenar en el mundo del vino.
Nacido en Crémenes, León, Juan Carlos se formó en Economía en la Universidad Complutense de Madrid. Su vida profesional estuvo marcada por una serie de logros impresionantes: ocupó puestos clave dentro del grupo familiar y también brilló en grandes entidades financieras. Su visión estratégica y su liderazgo firme fueron esenciales para mantener viva la esencia de El Enebro y Vega Sicilia, asegurando que la calidad y el legado vinícola continuaran resonando entre generaciones.
Un legado imborrable
Bajo su mando, ambas marcas no solo preservaron su prestigio histórico; también elevaron el estándar de lo que significa hacer vino en España. La noticia de su fallecimiento ha caído como un jarro de agua fría entre sus colegas y amigos, quienes comparten con él esa misma pasión por la viticultura y el trabajo bien hecho. Juan Carlos era más que un ejecutivo; era un verdadero amante del vino.

