El escándalo no para de crecer. Cristóbal Montoro, el exministro de Hacienda que muchos recordarían con un escalofrío, está en el ojo del huracán por haber tenido acceso a información privada de un montón de figuras relevantes. Desde Rodrigo Rato y Esperanza Aguirre, hasta Rafa Nadal y la baronesa Thyssen, todos ellos han sido parte del listado de personas cuya intimidad se ha visto vulnerada. ¿Cómo es posible que esto ocurra? La respuesta parece estar en las acciones poco éticas de Montoro mientras ocupaba su cargo durante los gobiernos de Aznar y Rajoy.
Un juego peligroso
No solo se trata de nombres rimbombantes. Este asunto tiene ramificaciones profundas que van más allá del mero escándalo mediático. La Fiscalía Anticorrupción ya ha alzado la voz, advirtiendo que Montoro manejó «información reservada y sensible» relacionada con inspecciones fiscales e investigaciones judiciales. Es indignante pensar que esta información pudo ser utilizada como arma para acallar voces críticas o presionar a quienes se atrevían a cuestionar su gestión.
A lo largo de su mandato, también hubo quienes alzaron la voz dentro del mismo Partido Popular, acusándolo directamente de filtrar datos fiscales, como fue el caso de Aguirre y Rato. Pero eso no es todo; personajes como Dani Pedrosa, Joaquín Sabina, e incluso gente como Borja Thyssen, fueron señalados por Montoro como «insolidarios» por sus temas fiscales.
Mientras tanto, periodistas como Javier Chicote han relatado cómo fueron perseguidos tras sacar a la luz irregularidades relacionadas con este exministro. Aún resuena en el aire esa frase que Carlos Alsina contó sobre él: usaba el término «castigo fiscal» para silenciar críticas. Si alguien decía algo que le incomodaba, había una lógica perversa detrás: esos autores tenían «problemas fiscales».
Así las cosas, la lista sigue creciendo: Josep Piqué, Jordi Pujol Ferrusola, entre otros muchos nombres conocidos cuyo derecho a la privacidad fue pisoteado por un sistema que parece diseñado para proteger a los poderosos mientras aplasta al ciudadano común.