Una vez más, el destino de cientos de viajeros se ha visto truncado por un fallo técnico en la red ferroviaria. Ayer, las comunicaciones entre Madrid y Andalucía quedaron paralizadas durante casi un día completo, dejando a muchos en una situación desesperante. Este incidente, que afectó sobre todo al tren AVE Madrid-Málaga, ha encendido la indignación de los pasajeros y las críticas de las autoridades andaluzas. Para ellos, lo sucedido es «un absoluto disparate» y exigen respuestas inmediatas del Gobierno.
Un viaje que se tornó en pesadilla
Más de 300 personas estaban a bordo del AVE cuando una avería en la catenaria cerca de La Sagra (Toledo) convirtió su trayecto habitual en una auténtica odisea. Lo que debía ser un viaje de unas pocas horas se transformó en casi 20 horas de incertidumbre y malestar. Alejandro Yuste, un profesor que viajaba con sus alumnos, no podía creerlo: «Desde que estábamos en Atocha hasta ahora, creo que a Australia se tarda menos», bromeaba amargamente al llegar a Málaga.
La noche fue larga y agotadora para todos. Sin aire acondicionado ni información precisa sobre lo que ocurría, muchos se vieron obligados a dormir en el suelo o a acomodarse como podían entre los asientos del tren. Yurena Cobo viajó con su pequeño hijo Lucas de 23 meses y recordaba cómo la promesa inicial de una espera corta se convirtió rápidamente en una maratón interminable: «De dos o tres horas pasamos a catorce sin saber nada», lamentaba.
A medida que avanzaban las horas, la tensión crecía; incluso hubo evacuaciones médicas ante situaciones críticas dentro del tren. Vanesa Morilla compartió su experiencia tras haber salido desde Alicante: «El tren paró justo en medio de un pueblo cercano a Toledo. Allí nos dejaron», comentaba con frustración al igual que muchos otros afectados.
Las razones detrás de este nuevo caos son conocidas por quienes utilizan el servicio frecuentemente. Según Adif, la avería tuvo lugar por falta de tensión eléctrica entre Yeles y La Sagra, pero esa explicación no calma el descontento generalizado ante lo que parece ser un problema recurrente en nuestra infraestructura ferroviaria.
Rocío Díaz, consejera andaluza responsable del Fomento y la Vivienda, no dudó en señalar al presidente Pedro Sánchez para exigir respuestas claras sobre esta situación tan insostenible. Para ella y para muchos otros ciudadanos andaluces, esto ya no puede considerarse simplemente como otro contratiempo más: «Lo ocurrido es un desastre total», denunciaba.
Parece evidente que hay algo más profundo detrás de estos fallos continuos; el mantenimiento preventivo parece haberse descuidado y las inversiones necesarias para modernizar la red brillan por su ausencia. Con cada nuevo episodio así, los usuarios sienten cómo el servicio va decayendo mientras sus derechos como viajeros quedan completamente olvidados.