En una reciente entrevista en la radio pública vasca, Arnaldo Otegi, el carismático líder de la izquierda abertzale, no se cortó al alabar la resiliencia del presidente Pedro Sánchez. En un momento donde parece que todo el mundo está en contra del Gobierno de coalición, él ve en Sánchez una especie de guerrero capaz de resistir lo que él mismo llama un “acoso y derribo”. Y aunque Bildu no tiene un interés particular en mantener a Sánchez aferrado al poder, Otegi cree que su gobierno podría ser una “ventana de oportunidad” para avanzar en el sueño soberanista vasco.
Una batalla constante por la autonomía
Según Otegi, hay una operación orquestada “por tierra, mar y aire” para intentar derribar a este Gobierno. Pero aquí viene lo interesante: a pesar de todos los ataques que recibe Sánchez, Otegi le reconoce su capacidad para mantenerse firme en su puesto. Sin embargo, también deja claro algo fundamental: la prioridad para Bildu no es apoyar ciegamente al presidente actual; más bien es evitar que la ultraderecha tome las riendas del país.
Aunque las negociaciones sobre un nuevo estatus para el País Vasco han ido más lentas debido a los vaivenes internos del PNV, Otegi se muestra optimista. Cree firmemente que hay que ofrecer a Euskadi “un horizonte estable y seguro”, donde todas las voces puedan resonar. Porque al final del día, todos los que amamos esta tierra compartimos una idea común: Euskal Herria es una nación.
Pese a las dificultades evidentes en el camino hacia esa nueva autonomía —como la renovación interna del PNV o la inestabilidad política en España—, Otegi sostiene que debemos aprovechar esta “ventana de oportunidad”. Es esencial avanzar con cautela pero con determinación dentro del marco constitucional vigente.
No olvidemos que el anhelo por mayor autonomía o independencia tiene raíces profundas en nuestra historia. Desde el siglo XIX hasta hoy, el nacionalismo vasco ha sido un actor clave en nuestra sociedad. A pesar de haber enfrentado momentos oscuros durante la dictadura franquista y haber resurgido con fuerza durante la transición democrática, siempre hemos buscado nuestro lugar. El debate sobre cómo encajamos dentro del conjunto español sigue siendo candente entre nosotros.