MADRID, 02/05/2025.- El pasado lunes, un apagón eléctrico dejó a España y Portugal en la penumbra, y con ello se encendieron las alarmas sobre el futuro energético de nuestro país. La vicepresidenta Sara Aagesen se reunió por videoconferencia con su homóloga portuguesa, María da Graça Carvalho, para intentar desentrañar lo que ocurrió. Mientras tanto, el Gobierno se dedica a investigar las causas del incidente y la oposición aprovecha para hacer críticas afiladas sobre la falta de claridad en las explicaciones.
Un debate candente en el aire
El ministro Óscar López, no se ha cortado al señalar que el PP actúa como si fueran «lobistas» de los pro-nucleares en lugar de defender lo que realmente importa: los intereses de todos nosotros. Y es que vincular la energía nuclear con problemas ajenos como los aranceles impuestos por EE.UU. a nuestros aceites y vinos parece más una maniobra política que una solución real.
Ernest Urtasun, ministro de Cultura y portavoz de Sumar, ha dejado claro su compromiso con una red eléctrica 100% pública. Rechazó cualquier crítica hacia las energías renovables tras el apagón. Al fin y al cabo, tanto él como muchos otros actores del sector creen firmemente que el futuro está en las energías limpias por sus ventajas competitivas y menores costes. Por eso, están listos para luchar contra cualquier intento de extender la vida útil de nuestras viejas centrales nucleares.
En medio de esta tormenta política, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) también ha hecho su parte al emitir informes favorables para ampliar el almacén temporal en Garoña e introducir nuevas estrategias en otras centrales nucleares. Así que aquí estamos: un país buscando equilibrio entre un suministro eléctrico fiable y asequible mientras navegamos por este mar agitado llamado transición energética.
Las cifras no mienten: en 2022, nuestra mezcla energética se componía de un 40,3% de energías renovables frente a un 19,6% proveniente de energía nuclear. El Plan Nacional Integrado establece ambiciosos objetivos para llegar al 74% renovable para 2030. Sin embargo, lo cierto es que cada apagón vuelve a poner sobre la mesa preguntas difíciles sobre cómo queremos alimentarnos energéticamente en el futuro.