El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha dado un paso importante en la búsqueda de justicia al firmar este martes en La Haya un acuerdo con el Consejo de Europa. Este pacto establece la creación de una comisión internacional que tendrá como objetivo reclamar indemnizaciones a Rusia por los estragos causados durante estos casi cuatro años de conflicto. Sin embargo, no todo es celebración; Zelenski también ha manifestado su descontento porque estas acciones llegan demasiado tarde. «Esto debería haber comenzado hace mucho tiempo, al menos desde 2014», recordó, refiriéndose a la guerra en el Donbás y la anexión de Crimea.
Justicia y paz: dos caras de la misma moneda
En su discurso, Zelenski subrayó la urgencia de poner en marcha esta iniciativa cuanto antes y resaltó que debe contar con apoyo internacional sólido para que las víctimas sientan que hay esperanza de compensación por los daños sufridos. Con firmeza, insistió en que mientras esto no suceda, es crucial mantener la presión sobre Moscú. «Las sanciones deben seguir limitando a Rusia hasta que muestre respeto por la vida y los derechos de sus vecinos», declaró. Junto a él estaba Andri Sibiga, su ministro de Asuntos Exteriores, quien firmó el documento junto a líderes como Dick Schoof, primer ministro neerlandés; Maia Sandu, presidenta de Moldavia; y Alain Berset, secretario general del Consejo.
Momentos previos a este acuerdo tan esperado, Zelenski enfatizó que “la Justicia es igual de importante que la paz”. Reiteró su deseo de establecer un tribunal especial para juzgar los crímenes rusos una vez concluya el conflicto. “Cada crimen debe tener consecuencias”, afirmó con determinación.
Por otro lado, Kaja Kallas, Alta Representante de Política Exterior de la UE, destacó que esta iniciativa podría ser un punto clave en el camino hacia la reparación y celebró que Rusia no podrá evadir responsabilidades por lo destruido en Ucrania. Hasta ahora, más de 86.000 reclamaciones han sido presentadas por ciudadanos ucranianos afectados por el conflicto; se estima que alrededor de 2.5 millones de viviendas han quedado inhabilitadas o destruidas.
Kallas también anunció un compromiso financiero inicial para apoyar esta nueva comisión: un millón de euros destinados precisamente a enfrentar lo que reconoció como “una tarea difícil”, pues es claro que Rusia no pagará voluntariamente por lo causado. Aun así, hizo hincapié en la necesidad del respaldo internacional para mantener viva esa presión necesaria.

