En una situación que parece sacada de una novela de suspense, el primer ministro tailandés ha echado por tierra las afirmaciones del presidente estadounidense, Donald Trump. Mientras este último anunciaba un alto el fuego entre ambos países, Camboya ha levantado la voz para denunciar que el Ejército tailandés no ha hecho más que aumentar la tensión en la frontera.
Las balas siguen sonando
El Ministerio de Defensa camboyano reveló que las fuerzas tailandesas continuaron disparando contra sus posiciones en la Región Militar 5, incluso después del supuesto acuerdo de paz. Con un detalle escalofriante, afirmaron que los ataques se llevaron a cabo desde la noche del 12 de diciembre hasta la mañana siguiente. La comunidad internacional observa con preocupación cómo Bangkok bombardeó la comuna de Thma Da en Pursat utilizando aviones F16 para lanzar hasta siete bombas sobre esta tranquila población.
Mientras esto ocurría, Trump se mostraba optimista tras mantener conversaciones telefónicas con los líderes de ambos países. “Tuvieron una muy buena conversación”, decía él, imaginando que todos estaban dispuestos a dejar atrás su prolongada guerra. Pero lo cierto es que esa paz tan anhelada parece estar más lejos que nunca.
“Definitivamente, no fue un accidente”, dijo tajantemente Anutin Charnvirakul, el primer ministro tailandés, quien dejó claro que su país no bajará la guardia. Su respuesta firme ante lo sucedido evidencia una realidad inquietante: seguirán defendiendo su territorio mientras sientan cualquier tipo de amenaza.
En medio de este caos, Tailandia también está enfrentando cambios internos significativos. Charnvirakul anunció elecciones anticipadas mientras el país lucha con las consecuencias del conflicto fronterizo. En tan solo unos días, más de veinte vidas se han perdido y miles han sido desplazadas a causa de estos ataques mutuos.
No podemos ignorar que detrás de cada número hay historias humanas desgarradoras; familias separadas y comunidades desoladas están sufriendo debido a decisiones tomadas por líderes distantes. Lo único claro es que esta historia aún tiene capítulos por escribir y nosotros estaremos aquí para contarlos.

